viernes, 31 de octubre de 2014

EL CARPINTERO.

(IDRIES SHAH)
Entré en el taller del carpintero: “¿Por qué tiene la puerta rota?”, le dije.
“La gente acude al carpintero para que le haga su trabajo, no a preguntar acerca de su persona”, respondió.
Un tiempo después vi a otro carpintero en su taller. “¿Por qué tu mesa tiene sólo tres patas?”, pregunté.
“No me había dado cuenta”, contestó.
Más adelante, le dije a otro trabajador de la madera: “El marco de tu ventana está astillado”.
“Estoy demasiado ocupado para repararlo –respondió-, he estado haciendo sillas para vender”. 

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jueves, 30 de octubre de 2014

EL INFIERNO.

Un grupo de personas murió al mismo tiempo en una catástrofe, y se sorprendieron al encontrarse en un mundo muy similar a éste. Tenían a su disposición todo tipo de entretenimientos y todas las facilidades posibles.
Se asombraron al descubrir que estaban en el infierno. Aquellos que querían vidas excitantes las tuvieron. La gente que deseaba dinero lo obtenía. Se alcanzaban ambiciones de todo tipo.
Había muchos demonios sirviendo, que ayudaban a todos a hacer lo que quisiesen.a
Un día, conocido como el “día de las quejas”, un grupo de “condenados” se dirigió al demonio controlador.
Dijeron: “Llevamos una vida maravillosa: fiestas, riquezas, excitación, pero parece como si nos estuviésemos desgastando, nos volvemos poco atractivos unos a otros y lentamente vamos perdiendo las pertenencias que nos llegan tan fácilmente”.
-Sí –dijo el diablo- ¿a que es infernal? 

130 Frases del Infierno | Reino de la Oscuridad y la Maldad [Con ...

miércoles, 29 de octubre de 2014

EL PODER DE LA MENTE.

Un viajero, después de caminar muchas horas bajo el sol, llegó a una gran llanura y sintiéndose exhausto, cubierto de sudor, se sentó a la sombra de un árbol para descansar un rato. Enseguida comenzó a pensar que sería delicioso tener un mullido lecho para dormir. El viajero no tenía ni la más remota idea de que estaba sentado debajo del árbol celestial. Tan pronto como surgió en su mente aquel pensamiento, vio aparecer a su lado una hermosa cama. Quedó muy sorprendido, pero no tardó en acostarse en ella. Luego, pensó cuán placentero sería que una joven doncella viniera y le hiciera masajes en las piernas. Al sólo pensarlo, vio aparecer una doncella, que se sentó a sus pies y comenzó a frotar suavemente sus piernas. El viajero se sintió enormemente feliz. Pero enseguida tuvo hambre y pensó: “He tenido todo lo que he deseado; ¿no podría ahora conseguir algo para comer?”. De inmediato apareció ante él un plato lleno de deliciosos manjares. Comió alegremente y habiendo quedado satisfecho por completo, volvió a tenderse sobre el lecho. Luego, comenzó a repasar en su mente los sucesos del día. Ocupado en esto, pensó: “¡ Y si un tigre me atacara de repente!”. Al instante, un gran tigre saltó sobre él, le quebró la nuca y comenzó a chupar sangre. De este modo, el viajero perdió su vida. 

martes, 28 de octubre de 2014

OBSERVACIÓN.

Un célebre cirujano vienés decía a sus alumnos que, para ser cirujano, se requerían dos cualidades: no sentir náuseas y tener capacidad de observación. Sin ellas, les insistía, es imposible llegar a ser un buen cirujano, porque estas dos cualidades siempre deben presidir las actuaciones médicas.
Terminada su explicación, ilustrada con abundantes ejemplos, quiso poner a prueba a sus alumnos y alumnas mediante un ejercicio práctico. Para hacer una demostración, introdujo uno de sus dedos en un líquido nauseabundo, se lo llevó a la boca y lo chupó. Luego pidió a sus alumnos y alumnas que hicieran lo mismo. Y ellos, armándose de valor, le obedecieron sin vacilar.
Entonces, sonriendo astutamente, dijo el cirujano: “Señoritas y caballeros, no tengo más remedio que felicitarles por haber superado la primera prueba. Pero, desgraciadamente, no han superado la segunda, porque ninguno de ustedes se ha dado cuenta de que el dedo que yo he chupado no era el mismo que había introducido en ese líquido”. 

EL PÁJARO.

Había una vez un pájaro que se refugiaba a diario en las ramas de un árbol seco que se alzaba solitario en mitad de una gran extensión desértica. No era un buen lugar para vivir, y el pájaro lo sabía, pero tenía miedo de abandonarlo con el fin de encontrar algún árbol mejor que aquel. Su miedo a cambiar era más grande que su infelicidad, y así iban pasando los días, llevando una vida triste y difícil.
Un día se levantó una fuerte tormenta, y un golpe de viento arrancó el árbol, dejando al pájaro sin hogar. Ante esta situación, al pájaro no le quedó más remedio que echarse a volar para buscar otro sitio donde vivir. Después de volar más de cien kilómetros, encontró al fin un bosque maravilloso de árboles cargados de frutas, quedándose allí para siempre. 

lunes, 27 de octubre de 2014

LA VANIDAD.

(RAMAKRISHNA)
Al anochecer, cuando salen las luciérnagas, éstas pueden pensar: “Estamos alumbrando el mundo”. Pero cuando las estrellas comienzan a titilar, el orgullo de las luciérnagas se desvanece. Ahora, son las estrellas quienes comienzan a pensar: “Somos nosotras quienes iluminamos el universo”. Pero, después de un rato, la luna asciende en el cielo y su luz plateada hace palidecer tristemente a las estrellas. La luna, a su vez henchida de vanidad, piensa que ilumina y da belleza al mundo; mas cuando la aurora proclama la ascensión del sol por el oriente. ¿Qué queda, entonces, de la luna? 

domingo, 26 de octubre de 2014

LA RED.

(RAMAKRISHNA)
Un pescador echó su red en el río y tuvo una buena pesca. Algunos de los peces permanecían calmos e inmóviles, sin hacer intento alguno para salir de la red… Otros luchaban y saltaban sin poder zafarse; pero unos pocos lograban de uno y otro modo salir de la red. Así, también en el mundo los hombres son de tres clases: los que están atados y nunca luchan por liberarse; los que luchan para ser libres, y los que ya han alcanzado la liberación. 

sábado, 25 de octubre de 2014

LA LLAVE.

Había una vez un hombre, que al volver a su casa por la noche, descubrió que se había dejado dentro las llaves. Ideó mil maneras de entrar en ella: trepar por el muro, llamar al cerrajero, descolgarse por la chimenea, romper una ventana… Al final, se decidió a romper la puerta, sin darse cuenta de que se había dejado una ventana abierta. 

viernes, 24 de octubre de 2014

CAUSA Y EFECTO.

(IDRIES SHAH)
El escritor teatral francés Victorien Sardou estaba sentado a la mesa durante una cena cuando volcó un vaso de vino. Una dama que estaba a su lado, para prevenir que el líquido manchase el mantel, derramó sobre sal sobre él. Derramar sal, para alguna gente, significa mala suerte. Para contrarrestarlo, un pellizco se lanza por encima del hombro; y Sardou lo hizo así.
La sal fue a para a los ojos del camarero que estaba tratando de servirle, y el pollo que llevaba en una bandeja cayó al suelo. El perro de la casa comenzó a engullir el pollo, y un hueso se atascó en su garganta, de modo que comenzó a asfixiarse. El hijo de la anfitriona trató de sacar el hueso de la garganta del perro. El perro se volvió contra el joven y le mordió en un dedo, con tanta fuerza que hubo que amputárselo.
Tal es la vida, tal es la ley de la causa y el efecto: porque se derramó un vaso de vino, alguien perdió un dedo. 

jueves, 23 de octubre de 2014

LA PERLA.

(KHALIL GIBRAN)
Dijo una ostra a otra ostra vecina suya: “Siento un gran dolor dentro de mí. Siento que todo es pesado y redondo, y sufro mucho”.
Y la otra ostra respondió, con lástima altanera: “Gracias a los cielos y al mar, yo no siento ningún dolor dentro de mí. Estoy bien sana por dentro y por fuera”.
En aquel momento, un cangrejo pasaba por allí y oyó a las dos ostras, y dijo a la que estaba bien por dentro y por fuera: “Sí, tú estás sana del todo, pero el dolor que soporta tu vecina es una perla de extraordinaria hermosura”. 


miércoles, 22 de octubre de 2014

EL MIEDO.

Una noche, un hombre creyó ver en el suelo de su dormitorio lo que parecía ser una serpiente. Lleno de temor, permaneció toda la noche acurrucado en un rincón, con el corazón encogido por el miedo, no atreviéndose a moverse ni a hacer nada, por temor a que aquella serpiente lo atacara. Sufrió tanto que no pudo dormir nada, y en su mente empezó a imaginar toda clase de peligros para cuando aquella serpiente se diese cuenta de su presencia.
De esta desesperación vino a sacarle el primer rayo de sol que entró por la ventana, ya con el alba. Entonces pudo advertir, a la luz del amanecer, que lo que había imaginado que era una serpiente no era más que un simple trozo de cuerda que se había dejado allí por descuido. 

martes, 21 de octubre de 2014

LA CASA EN LLAMAS.

(BUDA)
No hace mucho vi una casa que ardía. Su techo era ya pasto de las llamas. Al acercarme, advertí que aún había gente en su interior. Fui a la puerta y les grité que el techo estaba ardiendo, incitándolos a que salieran rápidamente, pero aquella gente parecía no tener prisa.
Uno me preguntó, mientras el fuego le chamuscaba las cejas, qué tiempo hacía fuera, si llovía, si no hacía viento, si existía otra cosa y otras cosas parecidas… Sin responder, volví a salir. Esta gente –pensé- tiene que arder antes que acaben con sus preguntas.
Verdaderamente, amigos, a quien el suelo no le queme los pies hasta el punto de desear gustosamente cambiarse de sitio, nada tengo que decirle. 

 

lunes, 20 de octubre de 2014

LA PRISIÓN.


Un ex – convicto de un campo de concentración nazi fue a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa experiencia.
- ¿ Has olvidado ya a los nazis?, le preguntó a su amigo.
- Sí.
- Pues yo no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.
- Entonces, - le dijo apaciblemente su amigo-, aún siguen teniéndote prisionero. 

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domingo, 19 de octubre de 2014

LA MARIPOSA.

Una vez un hombre observó cómo una mariposa luchaba por salir de su capullo. En su opinión, lo hacía con demasiada lentitud, así que trató de ayudarla soplando delicadamente sobre el capullo.
Efectivamente, el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso. Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa, sino una criatura con las alas destrozadas. 

sábado, 18 de octubre de 2014

LA AYUDA.

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Había dos camiones pegados el uno al otro por su parte trasera, y un camionero, con un pie en cada camión, intentaba denodadamente mover un enorme cajón.
Pasó por allí otro individuo que, al ver la apurada situación del camionero, se ofreció voluntariamente a ayudarle. Al cabo de más de media hora de inútiles esfuerzos, ambos estaban sudorosos y de un humor de mil demonios.
“Me temo que es inútil”, dijo el voluntario sin resuello.
“¡Nunca conseguiremos sacarlo de este maldito camión!”.
“¿Sacarlo?”, bramó el camionero. “¡Santo Dios! ¡Yo no quiero sacarlo! ¡Quiero echarlo más adentro”. 


viernes, 17 de octubre de 2014

LA SOSPECHA.

Un hombre perdió su hacha, sospechó que el hijo de su vecino se la había robado. Creyó por lo que aquel decía, por sus acciones y por sus movimientos, que era el ladrón. Al día siguiente, al volver al trabajo encontró el hacha y, al regresar a casa, volvió a ver al hijo del vecino; ya no tenía el aspecto de haberle robado el hacha como creyó el día anterior. 

jueves, 16 de octubre de 2014

EL CULPABLE.

(BAHAUDIN NAQSHABANDI)
Cierta noche, un ladrón trataba de entrar por la ventana de la casa que intentaba robar, cuando cayó al suelo y se fracturó la pierna al romperse el alféizar.
Fue al juzgado para demandar al dueño de la casa. Este hombre dijo: “Demandad al carpintero que colocó la ventana”.
El carpintero dijo: “El constructor no hizo correctamente el hueco para la ventana”.
Cuando compareció el constructor, dijo: “Mi falta fue causada por una hermosa mujer que pasaba mientras yo trabajaba en la ventana”.
Fue hallada la mujer y dijo: “Llevaba puesto un hermoso vestido aquel día. Normalmente, nadie me mira. La culpa es del vestido que estaba astutamente teñido con franjas jaspeadas”.
“Ahora tenemos al culpable”, dijo el juez; “llamad al hombre que realizó el teñido, y será considerado responsable por el daño sufrido en la pierna del ladrón”.
Cuando lo encontraron resultó ser el esposo de la mujer; era…, el mismo ladrón. 

miércoles, 15 de octubre de 2014

LA PROTECCIÓN.

Cierta vez, un santo estaba tendido al lado de un camino, profundamente sumergido en sus meditaciones. Pasó por allí un ladrón y al verlo pensó: “Este hombre debe ser un ladrón. Seguramente anoche fue a robar en alguna casa y ahora se ha quedado dormido por el cansancio. Pronto llegará aquí la policía y lo prenderá. Es mejor que yo escape a tiempo”. Haciendo estas reflexiones, huyó. Un momento después, llegó a aquel lugar un borracho y viendo al santo exclamó: “¡Hola! Has bebido demasiado y por eso has caído a la zanja. ¡Je! Yo me mantengo más firme que tú y no me voy a caer”. Al final, llegó un sabio, y dándose cuenta de que el hombre tendido en el suelo era un gran santo en estado de éxtasis, se sentó a su lado y comenzó a frotar suavemente sus santos pies. 

martes, 14 de octubre de 2014

LA VERDAD.

Cuatro ciegos se reunieron para examinar un elefante. Uno de ellos tocó una pierna del elefante, y dijo: “El elefante es como un pilar”. Otro tocó la trompa, y dijo: “El elefante es como un grueso bastón”. El tercero palpó la barriga del animal, y dijo: “El elefante es como un gran tonel”. Otro le tocó una oreja, y dijo: “El elefante es como un gran abanico”. Los cuatro comenzaron a disputar acaloradamente acerca de la forma del elefante.
Pasó por allí un hombre y, viéndolos discutir, les preguntó: “¿Cuál es la causa de la disputa?”. Ellos le hicieron conocer sus opiniones y le pidieron que hiciera de árbitro. El hombre dijo: “Ninguno de ustedes ha visto al elefante. El elefante no es como un pilar, sus piernas son como pilares. No es como un abanico; sus orejas son como abanicos. No es como un bastón; su trompa es como un grueso bastón. No es como un tonel; su barriga es como un gran tonel. El elefante es la combinación de todas esas cosas: piernas, orejas, barriga, trompa…”.

lunes, 13 de octubre de 2014

EL ABUELO.

En una familia, un niño observaba cómo todo el mundo trataba mal al abuelo, un anciano torpe de mucha edad, recriminándole cuando rompía algo, cuando se le derramaba la comida, cuando era incapaz de hacer muchas cosas por sí mismo. En vista de sus manos temblorosas, el padre del niño le había hecho un cuenco de madera, para evitar que siguiera rompiendo los platos de cerámica cuando se le caían al suelo.
Un día, el padre sorprendió a su hijo pequeño intentando hacer un cuenco de madera muy parecido al que usaba su abuelo. Ante la pregunta de su padre de por qué hacia eso, el niño respondió: “Lo estoy haciendo por ti, papá, para cuando seas viejo”. 

domingo, 12 de octubre de 2014

LA QUEJA.

Un burro fue a parar a las caballerizas del rey de cierto país. Su vida era un constante trabajo, un continuo ir de aquí para allá, siempre cargado, siempre maltratado. En su agotamiento, el burro envidiaba la suerte de los caballos, su belleza, su elegancia, el trato exquisito que se les daba, su buena comida…, y así, se sentía desdichado con su suerte.
Un día, se desató una guerra con su país vecino, y todos los caballos fueron preparados para la contienda. Al partir, con sus arreos de guerra, con los soberbios jinetes, estaban más hermosos que nunca. Pero, transcurridos unos días, comenzaron a regresar de la batalla: muchos de los caballos habían muerto, otros llegaban heridos, sucios, cansados y deshechos. Desde entonces, el burro dejó de envidiar la suerte de los caballos. 

sábado, 11 de octubre de 2014

LA APARIENCIA.

- Mamá, ¿puedo ir a jugar a la arena?
- Sí, hija mía, pero no te alejes mucho.
Al cabo de un rato, la madre vio a una vieja andrajosa que caminaba por la orilla del mar. De vez en cuando, se agachaba y cogía algo de la arena, que después introducía en un saco. Asustada ante la extraña anciana, la madre llamó a su hija para que regresara junto a ella, y lo mismo hicieron otros padres con sus hijos.
Lo que nunca supo nadie fue que aquella anciana recogía los cristales de la arena para que la gente no se lastimara los pies. 



viernes, 10 de octubre de 2014

EL ACTOR.


Una serpiente tenía su cueva en cierta localidad. Nadie osaba pasar por allí, pues aquellos que lo hicieron habían sido mordidos mortalmente por ella. Cierta vez pasó por ese lugar un santo. Como de costumbre, la serpiente lo siguió con la intención de morderle, pero cuando se acercó al santo, perdió toda su ferocidad y quedó cautivada por su dulzura. Viendo la serpiente, el santo dijo: “Bien, amiga mía, ¿quieres morderme?”.
La serpiente quedó avergonzada y no contestó nada. Al ver esto, el santo agregó: “Escucha con atención, amiga mía; en el futuro no hagas daño a nadie”. La serpiente inclinó su cabeza en señal de asentimiento. Cuando el sabio se fue, la serpiente entró en su cueva y, desde aquel día, comenzó a vivir una vida de inocencia y pureza, sin tener el menor deseo de dañar a nadie.
A los pocos días, se corrió la voz en el vecindario de que la serpiente había perdido todo su veneno y era inofensiva, y entonces la gente comenzó a molestarla. Algunos le tiraban piedras, otros la arrastraban desconsideradamente tirándole de la cola. De este modo, sus sufrimientos no tenían fin.
Afortunadamente, después de un cierto tiempo volvió a pasar por aquel lugar el sabio, y viendo lo magullada y golpeada que se encontraba la pobre serpiente, se compadeció de ella y le preguntó la causa de tal calamidad. A eso, la serpiente contestó: “Señor, he sido reducida a este estado porque no he hecho daño a nadie después de haber recibido tus instrucciones. Pero, ¡ay!, ¡ellos son tan crueles!”.
El sabio dijo sonriendo: “Querida amiga, yo simplemente te aconsejé que no hicieras daño a nadie, pero nunca te pedí que dejaras de silbar y asustar a los demás si era necesario”. 

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jueves, 9 de octubre de 2014

EL SOLDADO.

- Mi capitán, solicito permiso para ir al frente. Mi amigo Tom salió esta mañana y aún no ha regresado.
- Permiso denegado, soldado. Su amigo probablemente estará muerto.
Regrese a su puesto.
Pero el soldado desobedeció la orden y salió hacia el frente.
Al anochecer, volvió al campamento, mortalmente herido, cargando a su amigo
muerto sobre sus hombros. Al ver aquello, el capitán se enfureció:
- ¡Le dije que no fuera! ¡Ah. Ahora perderé a dos soldados en vez de uno! Dígame, ¿valió la pena que arriesgara su vida para traer un cadáver?
- Sí, mi capitán –respondió el soldado antes de morir. Cuando lo encontré me dijo: “Johny, estaba seguro de que vendrías”. 

miércoles, 8 de octubre de 2014

LA VISITA.

Upagupta, el discípulo de Buda, estaba durmiendo en el suelo junto a la muralla de la ciudad de Mathura.
Todas las lámparas estaban apagadas, todas las puertas cerradas, y el cielo sombrío de agosto ocultaba todas las estrellas.
¿Qué pies eran aquellos cuyas, ajorcas tintineaban agitando su pecho de repente?
Se despertó sobresaltado y la luz de la lámpara de una mujer iluminó sus ojos indulgentes.
Era la bailarina, estrella de joyas nubladas por un manto azul pálido, embriagada del vino de la juventud.
Bajo la lámpara y vio el rostro y austeramente hermoso de Upagupta.
“Perdóname, joven asceta –dijo la mujer-, hazme la gracia de venirte a mi casa. El sucio suelo no es lecho para ti”.
Le respondió el asceta: “Mujer, tú sigue tu camino; que ya iré yo a buscarte cuando llegue la hora”.
De repente, un relámpago hizo que la noche enseñara sus dientes.
Gruñó la tempestad desde un rincón del cielo, y la mujer tembló de miedo.
Las ramas de los árboles que bordeaban el camino estaban doloridas por el peso de tanta flor.
De lo lejos llegaban flotando en el aire cálido de la primavera las notas alegres de la flauta.
Todo el gentío se había ido a los bosques, a celebrar la fiesta de las flores.
Desde lo alto del cielo, la luna llena observaba las sombras del pueblo silencioso.
El joven asceta paseaba por la calle solitaria, mientras por encima de él los cucos enamorados lanzaban desde las ramas del mango su queja desvelada. Upagupta atravesó las puertas de la ciudad y se detuvo a la base del terraplén.
¿Quién era aquella mujer tendida a sus pies a la sombra de la muralla, abatida por la peste negra, con el cuerpo cubierto de llagas, que habían arrojado a toda prisa de la ciudad?
El asceta se sentó a su lado, colocó en sus rodillas su cabeza, humedeció con agua sus labios y untó de bálsamo su cuerpo.
“¿Quién eres, que así te compadeces?”, preguntó la mujer.
“Ha llegado por fin la hora en que debía visitarte, y aquí me tienes a tu lado”, le contestó el joven asceta. 

martes, 7 de octubre de 2014

EL SAPO.

“Si cortas el césped del jardín, te daré algo de dinero para tus gastos, ¿vale?”, propuso una mañana un hombre a su hija adolescente.
“¡De acuerdo, papá!”, respondió la muchacha, “¡lo haré ahora mismo!”.
Una hora y media más tarde, la muchacha había terminado, y así se lo comunicó a su padre. Éste salió al jardín, y echó un vistazo desde el porche de la casa. Toda la hierba estaba cortada, pero en un rincón del fondo, hacia la izquierda, había una pequeña cantidad de césped que no había sido tocado por la chica.
-Veo que no has terminado tu trabajo, hija. Estoy viendo en aquel rincón un poco de hierba sin cortar.
- Sí, papá, es verdad, respondió la hija bajando la mirada.
- Bueno…, acábalo entonces, ¿no?
- No, papá, es mejor dejarlo así. No quiero acabar esa parte.
El hombre miró sorprendido a la muchacha, sin entender su postura.
- En ese caso… No tendrás el dinero. El trabajo no está terminado.
- Como tu quieras, dijo la muchacha, al tiempo que entraba en la casa.
Tras unos momentos de duda, el hombre decidió que algo extraño ocurría, así que se
Acercó a aquella parte del jardín para intentar entender por qué su hija no había querido pasar la máquina por él. Cuando llegó, lo entendió todo: en el centro de aquel rincón por el que su hija no había querido pasar la máquina había un enorme sapo. 

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lunes, 6 de octubre de 2014

EL VUELO.

Debido a una serie de circunstancias, un huevo de águila fue a parar a un rincón de un granero donde una gallina empollaba sus huevos. Y así fue como el pequeño aguilucho fue incubado junto con los polluelos.
Pasado algún tiempo, el aguilucho, inexplicablemente, empezó a sentir deseos de volar. De modo que le preguntó a mamá-gallina: “¿Cuándo voy a aprender a volar?”.
La pobre gallina era perfectamente consciente de que ella no podía volar ni tenía la más ligera idea de lo que otras aves hacían para adiestrar a sus crías en el arte del vuelo. Pero, como le daba vergüenza reconocer su incapacidad, respondió evasivamente: “Todavía es pronto, hijo mío. Ya te enseñaré cuando llegue el momento”.
Pasaron los meses, y el joven aguilucho empezó a sospechar que su madre no sabía volar. Pero no fue capaz de escapar y volar por su cuenta, porque su intenso deseo de volar se había mezclado con el sentimiento de agradecimiento que experimentaba hacia el ave que le había incubado. 

domingo, 5 de octubre de 2014

LA RESIGNACIÓN.

Había una vez un hombre. Tung men Wu de Wei, que cuando murió su hijo, no manifestó ningún pesar. Un vecino le preguntó que por qué no daba muestras de sentimiento y no se vestía de luto, a lo que él contestó: “Hubo un tiempo en que no tenía hijos y no estaba triste; ahora que mi hijo ha muerto y estoy igual que antes de que naciera, ¿de qué me he de entristecer?”. 

sábado, 4 de octubre de 2014

EL TROVADOR.

(IDRIES SHAH)
Un hombre solía pararse cerca de la ventana de una hermosa joven, tocando la guitarra y dándole la serenata.
Un día, un amigo le preguntó: “¿Por qué no le pides que se case contigo?”.
Entonces, el enamorado respondió: “He pensado en eso, pero si ella acepta ¿a quién iba entonces a dar la serenata? 



viernes, 3 de octubre de 2014

EL DESEO.

Un visitante de un manicomio vio cómo uno de los internos se balanceaba de una silla mientras, con aire tierno y satisfecho, repetía una y otra vez:
“Lulú, Lulú…”.
“¿Cuál es el problema de este hombre?”, le preguntó al médico.
“Lulú. Es el nombre de la mujer que le dio calabazas”, respondió el doctor.
Siguieron adelante y llegaron a una celda con las paredes acolchadas, cuyo ocupante no dejaba de golpear su cabeza contra la pared mientras gemía: “Lulú, Lulú…”.
“¿También es Lulú el problema de este hombre?”, preguntó el visitante.
“Sí”, dijo el médico. “Este es el que acabó casándose con Lulú”. 

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jueves, 2 de octubre de 2014

EL HIJO.

Resultado de imagen de madre en el hospital con su hijoUn hijo le decía a su madre moribunda: “Has sido la mejor madre del mundo”.
La moribunda volvió hacia él sus apegados ojos y repuso: “¿Por qué no me lo dijiste antes de ahora, hijo?”. 


miércoles, 1 de octubre de 2014

EL CORAZÓN.

En una ciudad de la India, había un monje que acostumbraba a hacer sus meditaciones en la acera de enfrente de un conocido burdel. Cada amanecer, una prostituta abría su ventana, y miraba al monje sentado al otro lado de la calle, inmerso en sus oraciones. De vez en cuando, sus miradas se cruzaban. Esta escena se repitió durante algunos años, hasta que los dos murieron.
El monje fue entonces al infierno, mientras que la prostituta entró en el paraíso. Ante las quejas del monje, alguien le dijo: “Mientras tú hacías tus oraciones, tu corazón deseaba a la prostituta. Ella, en cambio, suspiraba por llevar una vida como la tuya”. 

LA MONTAÑA ORGULLOSA.


(JOSÉ SOCORRO)
Esto ocurrió hace mucho tiempo. Hubo un planeta pequeñito, muy joven, completamente liso, al que le salió una montañita que creció hasta 520 metros.

Así estuvo un millón de años. Con el tiempo comenzaron a surgir en la llanura otras montañitas, que también crecieron.
La primera, irritada por la pérdida de su dominio, hizo esfuerzos y creció 380 metros más y, a medida que transcurría el tiempo, creció algunos metros en proporción a su orgullo. Por fin, comprobó que en sus cumbres ya no había vida a causa del frío y de los fuertes vientos; en cambio, las otras montañitas se cubrían de árboles donde anidaban mil clases de pájaros y eran acariciadas por suaves brisas. ¡Que envidia! Finalmente, no lo pudo aguantar y estalló convertida en fiero volcán, envenenó el aire, mató toda vida, desoló sus propias laderas, secó y arruinó a todas las montañas. Pasada la furia loca, vio su obra y…, apagándose se arrepintió.

Entonces de sus laderas brotaron lágrimas en forma de fuentes purísimas a cuyas aguas regresaron de nuevo los pájaros y con ellos las semillas. Cuando se disiparon las cenizas, volvió a brillar el sol. Como su tierra era nueva, salida de las entrañas del planeta y rica en minerales y gérmenes de vida, pronto se hizo hermosa, muy verde y adornada de nubes que se dieron sombra y caricias.

Su vida contagió a las otras tierras y siempre vivió erosionándose calladamente, humildemente, convirtiéndose en un frondoso valles de ríos y bosques que aún hoy se pueden reconocer. 

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