sábado, 16 de enero de 2016

EL CIERVO ENFERMO Y SUS VISITANTES.



ESOPO.

Yacía un ciervo enfermo en una esquina de su terreno de pastos. 

Llegaron entonces sus amigos en gran número a preguntar por su salud, y mientras hablaban, cada visitante mordisqueaba parte del pasto del ciervo. 

Al final, el pobre ciervo murió, no por su enfermedad sino porque no ya no tenía de donde comer.

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