sábado, 4 de junio de 2016

NO CAMBIES.

ANTHONY DE MELLO.
Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.

Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.

* * *

Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.

Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.

* * *

Pero un día me dijo: "No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte".

Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: "No cambies. No cambies... Te quiero...".

Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh, maravilla!, cambié.

1 comentario:

  1. La cuestión radica en saber si el supuesto cambio se hace por convicción propia, o, más bien por orgullo propio y la tendencia siempoer a llevar la contraria al entorno.
    La mejor virtud en una persona es la humildad y la decisión más acert<ada, la Fe y ponerse en las manos de Cristo.

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