lunes, 14 de noviembre de 2016

PARÁBOLA DEL REY TONTO.


LEÓN TOLSTOI.
Resultado de imagen de el traje nuevo del emperador

"Había una vez un rey, al que le gustaban muchos los trajes bonitos, y sólo pensaba en vestirse del mejor modo posible.

Cierto día dos sastres fueron a verlo y le dijeron:

- Podemos hacerte un traje tan hermoso como nadie ha tenido nunca y, además, tendrá la ventaja de que aquel que sea tonto no podrá verlo.

Sólo los inteligentes serán capaces de ver el traje.

El rey se alegró al oír la oferta de los sastres y les encargó el vestido.

Le dieron a los sastres las mejores piezas de seda y terciopelo para que empezaran a confeccionar el traje.

Cuando pasaron unos días, el rey envió a un ministro suyo para saber cómo iban los trabajos.

Los sastres enseñaron al ministro una percha, donde no había nada colgado, y le dijeron: -El traje ya está listo.

Y, como el ministro sabía que el que fuera tonto no podía verlo, fingió que lo veía y los felicitó.

Llevó la percha vacía al rey y el rey también fingió verlo.

Se quitó el traje que llevaba y ordenó que le pusieran el nuevo.

Cuando el soberano salió a pasear por la ciudad, todo el mundo veía que iba desnudo, pero nadie se atrevía a decirlo, sabiendo que únicamente los tontos no podían ver el traje.

Todo el mundo seguía fingiendo ver el traje hasta que, de pronto, un niño se fijó en el rey y dijo: -Mirad, el rey se pasea desnudo por la ciudad. El rey entonces, se miró a sí mismo y se puso todo colorado.

Y toda la gente empezó a reírse al ver al rey desnudo por la calle."

2 comentarios:

  1. A veces vivimos una vida, no la nuestra, la que nos gustaría, sino una de apariencia en la que nos dejamos llevar por el criterio de los demás. En nuestra mente solo buscamos resaltar, aparentar que somos más que los demás, y para ello no obramos dejándonos llevar por nuestro corazón, y nos volvemos hipócritas, haciendo no lo que deseamos nosotros, sino aquello que creemos que desean los demás. Y caemos en la más absurda de las necedades, pues este tipo de vida no trae más que infelicidad.

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