martes, 31 de mayo de 2016

AZÚCAR PARA LA SUERTE.


POLDY BIRD.


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Toma. Este sobrecito de azúcar es para la suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guárdalo. Ponedlo en un bolsillo de tu cartera, o en un cajón de la cómoda.

¿Vos no crees en estas cosas? Si, seguro que crees. Todos creen, aunque digan que no.

Todos hicimos alguna vez unPpilato, cruzamos los dedos mientras jurábamos mintiendo.

Pero fundamentalmente vos estás segura de que yo te comprendo, de que yo te quiero, de que somos amigas, por más que me conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de piel.

En realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece que podría dibujar, eso, si, exactamente, tus sueños.

Y este sobrecito de azúcar que tocas aquí, en el renglón número "tanto" de esta pagina (cuidado, que no se rompa, va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano, puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae) lo robé de la mesa de un bar para dártelo a vos.

A vos que sois de sagitario como yo, o de acuario como mi hija, o...¿de qué signo sois?

Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén bien espectador para vos.

Que tengas tanta ganas de vivir, que nada te las pueda anestesiar.

Hará que entiendas que la libertad no es algo que nos llega de afuera, una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia, sino que es algo que tenemos adentro, que nos pone alas en la mente y en el corazón, para que nuestras ideas y nuestros sentimientos puedan volar aunque nos tengan encadenadas a una silla, amordazadas, quietas, entre rejas, amenazadas.

Lo que sale a volar es el alma..., la que viaja es el alma, por lluvias que enhebran las cuentas del arco iris ...de siete mil colores.

Y a esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan. Y no la perturban las sombras, porque ella es como una invencible mariposa de luz.

Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te defienda.

Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no queréis que se pierda: es un poquito de infancia en la casa de la abuela.... Y es un ratito de la noche en que nuestra prima mayor se quedaba a dormir en casa y escuchábamos embobadas sus historias de amores y de bailes girando interminablemente...

Y es mamá adornando con rositas de organza la torta de nuestro cumpleaños, cuando se cumplían los tres deseos que pedíamos al soplar las velitas... Y es la abuela paciente enseñándonos a tejer en punto santa clara una bufanda que nos llegaba hasta los pies.

Y es la maestra de quinto grado, tan linda, tan alta, tan elegante y tierna, poniéndonos en el cuaderno un muy bien diez que despertaba el orgullo de papá.

Y es el rouge rosa claro con el que pensábamos que parecíamos más mujeres.

Y la gota de esmalte que cortaba la corrida de la media de nailon.

Y el chico que no quería dejarnos ver la película en el cine del barrio, enamorado y ávido.

Un puñadito para todos: el sello del primer voto en la libreta cívica, una manifestación disuelta con gases lacrimógenos que casi nos asfixian, los paraísos talados en toda la cuadra de casa, la sortija de casamiento, el bebe chiquitito que nos convirtió en diosas, el miedo de morirnos antes de que fuera grande y pudiera valerse por sí mismo.

Las cartas de los amigos que se fueron a vivir a otros países, los discos de Sui Generis... Y cómo las cosas que amábamos se iban disociando: los Beatles, el café semanal de las cuatro mosqueteras......Qué sé yo.

Transforma cada granito de azúcar en lo que quieras.

En un recuerdo, en una persona, en una esperanza, en un regreso.

Por qué no en un regreso, si al final las historias son un poco círculos concéntricos que se van repitiendo, unidas en un punto que quién sabe cuál es.

Pero acuérdate que el sobrecito te lo di yo.

Que te tuve en cuenta.

Que sé que estás ahí. Que cuando escribo siempre estoy buscando algo para dejar entre tus manos.

Y vos sabes donde podéis encontrarme.

Triste, o contenta, enamorada, o rota, pero cercana y tibia, y toda, toda, de verdad, en estas palabras.

Este sobrecito de azúcar guárdalo bien.

Te va a dar suerte, estoy segura.

A mi una vez me regalaron uno y me dijeron lo mismo....

Y fue verdad.

lunes, 30 de mayo de 2016

EL ÁNGEL.


POLDY BIRD.


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Esta dura batalla de vivir nos embarulla..

Queremos abarcarlo todo con los brazos abiertos, extendidos y los ojos perdidos en un horizonte circular que se aleja a cada paso que damos hacia él...

Estos ojos vueltos hacia afuera, siempre hacia afuera, tratando de descubrir la precisión de los contornos, la realidad de las imágenes.

Esta mente con su fichero numerado, catalogando cosas, actos, pasiones, sentimientos, gentes...

El trabajo es arduo, interminable, la balanza no cesa de pesar.

Ayer teníamos un jardín con mariposas, con charcos, con un ángel de conocido rostro que enlazaba la diminuta mano de la infancia y los enseñaba canciones para entonar la música de las rondas...

Queríamos porque si..No nos culpábamos de nada ni buscábamos culpables.

Éramos blancos, íntegros y nuestros.

Nos asombrábamos de la maravilla de un flor, de los ojos fosforescentes de los gatos en las noches, de los bichos de luz, de la voz de la madre anunciando la sopa caliente y los buñuelos, del padre fuerte y cansado regresando a la tarde del trabajo La vida era un abrigo tibio en el invierno y un aire azul por el que el cuerpo nuestro navegaba en el verano...

Un aire azul y un ángel... siempre un ángel.

¿Qué pasó después? Amontonamos cifras , dimos nombres a los ríos y a las ciudades, dimos nombre a esa ternura natural que surgía de nosotros como un manantial interminable.

La llamamos amor y escogimos cuidadosamente a quienes podían recibirlo a quienes podíamos aceptárselo.

Y aquel camino ancho, aquel camino llano se fue estrechando hasta transformarse en una callecita angosta, en un desfiladero por donde solo podemos pasar de uno en fondo, de uno en fondo y cada vez con menos equipaje.

Lo primero que dejamos fue el ángel, después los sueños, más tarde la ilusión, la fantasía y hasta la generosidad.

Cada vez más desconfiados empezamos a escrutar los ojos de quienes nos rodeaban a estudiar sus movimientos... ¿iban a acariciarnos o a golpearnos?

Nuestras alforjas se llenaron de inquietudes, de miedos, de vanidades de egoísmo.

Separamos lo nuestro de lo de los demás, pusimos un cerco para proteger nuestro lugar, bebimos ávidamente nuestra agua, comimos hambrientamente nuestro pan más del que nuestra hambre nos pedía, por las dudas de que alguna vez llegara a faltarnos y empezamos a llamar superfluas a cosas como los barriletes, las oraciones y los milagros..

Y ya el cielo no nos pareció tan grande ni la tierra tan inmensa ni tan valiente el hombre, ni tan tierno el pecho amigo, ni tan desinteresada la mano que se ofrecía a estrechar la nuestra.

Y defendiéndonos de los otros, los marginamos, pero la culpa es nuestra, porque miramos al hombre con su traje planchado y sus zapatos nuevos y su nombre completo olvidando que adentro de cada uno hubo un chico que jugó en el mismo jardín que un día tuvimos, un chico con un ángel igual al ángel que nos llevaba de la mano, No quiero ser amarga solo quiero decirle que he sufrido como usted como todos, solo quiero decirle que estuve triste como usted como todos y de pronto me sentí encerrada, incapaz de dar un paso más, de reír, de ser feliz, completamente feliz..hasta hace un rato.

Hace un rato crucé por una plaza, no se por qué pasé junto a las hamacas y un chiquito me dijo: "hamáqueme fuerte, quiero tocar el cielo con los pies", me lo dijo sin preguntar mi nombre, sin preguntar si yo era buena sin preguntar cuanto dinero llevaba en mi cartera. Solamente me dijo hamáqueme hasta el cielo y no se puso a calcular cuantos metros lo separaban del cielo.

¿Para qué? estaba allá , era azul, era ancho. También podía ser suyo...Tenía derecho a él.

Dejé mi cartera sobre la arena y lo hamaqué con todas mis fuerzas.

"Lo toco!" gritaba entusiasmado. "Lo toco ve?". Reía.

Y su risa era una cuchara tintineando en el cristal del aire.

Y mi risa era también una campana azul en el aire de enero.

Alguien a mi costado reía conmigo. Reía en esta tarde, reía porque si. Era el ángel...el ángel antiguo y vapuleado, el ángel de la infancia que por fin encontró un lugar libre junto a mi, y sin pedir permiso, se agarró de mi vestido, se zambulló en mi cuerpo y me ayudó a hamacarlo. En la mitad del día, en la mitad del dolor, quebrando la seriedad de nuestro oficio de adultos austeros, reconcentrados, grises, hay siempre un chico volando en una hamaca.

Un chico que somos nosotros mismos, queriendo tocar el cielo como sea. Basta con detenerse a hacerlo. Basta con agarrar su mano leve y decirle despacio las cosas más disparatadas y hermosas; que es lindo estar vivo, que el corazón no necesita un motor a chorro para tocar las nubes pues sube solo como el incienso de las bendiciones, si lo dejamos escapar un instante de la rutina.

La verdad es esa, simplemente esa cosa tan simple que de tan simple tenemos olvidada.

Cuando dejé la plaza en mi pecho reverberaba una fuente. Iba sonriendo. Algunos se detuvieron para mirarme y sonrieron también.

Creían que le sonreían a una muchacha sola y un poco loca que se reía por nada.

No sabían que también le estaban sonriendo a un ángel invisible que iba colgado de mi brazo.

domingo, 29 de mayo de 2016

UN MINUTO...UN AÑO...UN SIGLO.

POLDY BIRD



No importa lo que dure. Créeme que no importa. Un minuto, un año un siglo. Pero mientras dure decime que es para siempre, que vamos a alcanzar la eternidad con las raíces de este amor que crece para adentro y desde adentro nos empuja al cristal de la risa, al silencio que late con corazón de pájaro, al chocar de planetas que es nuestros cuerpos juntos recreando el temblor, el universo, el canto. :

Yo quiero conocer al chico que vende flores por Corrientes y te cuenta cosas.

Quiero conocer a tu amigo poeta que ama el mar como yo.

Y hojear tus libros, y repisar tus pasos en las calles que anduviste y apretarte la mano en el cine, los dos enloquecidos por Fellini..., y decirte de repente lo mismo que me estabas por decir..., y a veces llorar juntos porque Vietnam y Biafra y aquí nomás hay niños que no tienen la culpa de nada y sin embargo mueren...

No importa lo que dure.

Vamos a hacer volar a todas las palomas, vamos a hacer repicar las campanas de todos los campanarios, vamos a bebernos el viento del verano en las copas de las casuarinas, en la paz del crepúsculo, cuando la luna es apenas una hostia sin comulgar en el cáliz azul de la tarde.

No importa lo que dure.

Mira, la piel que vos tocaste, la caricia quemando aún mi cintura ha florecido...

Soy una primavera. Vos lo hiciste. Me tomaste la cara entre las manos y tu ternura fue como un viento tibio que barrió todas las hojas secas que poblaban mi otoño.

Allí donde las piedras le cerraban la salida a mi soledad, vos hiciste una puerta y por la puerta se metió el sol y de mí nacen ahora las estrellas.

Mi cuerpo es una costa donde tu barco se hunde, donde tu barco muerde la arena, como un pez.

Mar cabrilleando orillas. Mar galopando dentro. Furor de hoguera roja quemando el jazminero.

Entonces se desdobla la latitud del alma y se quiebra una fuerza en la fuerza del cuerpo. No importa lo que dure. De veras, no me importa. Esto es tanto, tan mío, es tan nuestro, es tan herida y risa y cielo al mismo tiempo, que aunque un día te vayas, aunque un día me dejes, aunque lo tuyo se haga astillas de viento, en mi quedará el huerto..., el huerto..., las raíces de lo que en él sembraste..., el huerto empecinado en seguir floreciéndole a tu ausencia, a tu olvido, a tu adiós.

Y nunca estaré sola, aunque me dejes sola, porque en mi vida recibí tan poco (y lo poco tan triste), que la dicha que vos me das ahora me alcanzará para seguir usándola hasta que de mí no quede nada.


No importa lo que dure. Pero decidme que es para siempre. Mientras dure decidme que vamos a alcanzar la eternidad con este amor... y yo me sentiré pequeña, mientras tiembla mi carne con leves aleteos de mariposas nuevas.

sábado, 28 de mayo de 2016

MEJOR DORMIR QUE MURMURAR


ANTHONY DE MELLO.


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Sa'di de Shiraz relata esta historia acerca de sí mismo: Cuando yo era niño, era un muchacho piadoso, ferviente en la oración y en las devociones. Una noche estaba yo velando con mi padre, mientras sostenía el Corán en mis rodillas. Todos los que se hallaban en el recinto comenzaron a adormilarse y no tardaron en quedar profundamente dormidos. De modo que le dije a mi padre:

— «Ni uno solo de esos dormilones es capaz de abrir sus ojos o alzar su cabeza para decir sus oraciones. Diría uno que están todos muertos»

Y mi padre me replicó:

— «Mi querido hijo, preferiría que también tú estuvieras dormido como ellos, en lugar de murmurar».

La conciencia de la propia virtud es un riesgo muy propio de quien se embarca en la oración y en la piedad.

viernes, 27 de mayo de 2016

EL ATAQUE DE CORAZÓN ESPIRITUAL


ANTHONY DE MELLO.

El corazón del tío Tom era muy débil y el médico le había aconsejado que tuviera mucho cuidado. De modo que, cuando sus familiares se enteraron de que el tío había heredado mil millones de dólares de un pariente difunto, tuvieron miedo de comunicarle la noticia, no fuera a ser que le ocasionara un ataque al corazón.

Así pues, pidieron ayuda al párroco, el cual les aseguró que él encontraría el modo de decírselo. «Dígame, Tom», le dijo el Padre Murphy al anciano cardiópata, «si Dios, en su misericordia, le enviara mil millones de dólares, ¿qué haría usted con ellos?».

Tom pensó unos instantes y dijo sin el menor asomo de duda: «Le daría a usted la mitad para la iglesia, Padre». Al oírlo, el Padre Murphy sufrió un repentino ataque al corazón.

Cuando el próspero empresario sufrió un ataque al corazón, debido a sus esfuerzos por fomentar su imperio industrial, resultó fácil hacerle ver su codicia y su egoísmo. Cuando el párroco sufrió un ataque al corazón por promover el Reino de Dios, fue imposible hacerle ver que se trataba de codicia y de egoísmo, aunque fuera en una forma más aceptable. ¿Había estado realmente promoviendo el Reino de Dios o a sí mismo? El Reino de Dios no necesita ser promovido, sino que él mismo fluye espontáneamente sin necesidad de nuestra anhelante ayuda. ¡Mucho ojo con nuestra ansia, que puede revelar nuestro egoísmo! ¿O no?

jueves, 26 de mayo de 2016

JONEYED Y EL BARBERO.


ANTHONY DE MELLO.

El santo Joneyed acudió a La Meca vestido de mendigo. Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a un hombre rico. Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue dar además a Joneyed una limosna.

Joneyed quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que pudiera recoger aquel día.

Sucedió que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro. Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.

Pero el barbero le gritó: «¿Qué clase de santo eres? ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?».

A veces se oye decir a la gente: «Señor, he hecho mucho por Ti. ¿Qué recompensa me vas a dar?».

miércoles, 25 de mayo de 2016

CONOCER A CRISTO.


ANTHONY DE MELLO.

Diálogo entre un recién convertido a Cristo y un amigo no creyente:

— «¿De modo que te has convertido a Cristo?». «Sí».

— «Entonces sabrás mucho sobre él. Dime: ¿en qué país nació?».

— «No lo sé».

— «¿A qué edad murió?». «Tampoco lo sé».

— «¿Sabrás al menos cuántos sermones pronunció?».

— «Pues no ... No lo sé».

— «La verdad es que sabes muy poco, para ser un hombre que afirma haberse convertido a Cristo...». .

— «Tienes toda la razón. Y yo mismo estoy avergonzado de lo poco que sé acerca de El. Pero sí que sé algo: Hace tres años, yo era un borracho.. Estaba cargado de deudas. Mi familia se deshacía en pedazos. Mi mujer y mis hijos temían como un nublado mi vuelta a casa cada noche. Pero ahora he dejado la bebida; no tenemos deudas; nuestro hogar es un hogar feliz; mis hijos esperan ansiosamente mi vuelta a casa cada' noche. Todo esto es lo que ha hecho Cristo por mí. ¡Y esto es lo que sé de Cristo!».

Conocer realmente. Es decir, ser transformado por lo que uno conoce.

martes, 24 de mayo de 2016

EL HIJO MAYOR.


ANTHONY DE MELLO.


Estaba Dios un día paseando por el cielo cuando, para su sorpresa, se encontró con que todo el mundo se hallaba allí. Ni una sola alma había sido enviada al infierno. Esto le inquietó, porque ¿acaso no tenía obligación para consigo mismo de ser justo? Además, ¿para qué había sido creado el infierno, si no se iba a usar?

De modo que dijo al ángel Gabriel:

— «Reúne a todo el mundo ante mi trono y léeles los Diez Mandamientos».

Todo el mundo acudió y leyó Gabriel el primer mandamiento.
Entonces dijo Dios:

— «Todo el que haya pecado contra este mandamiento deberá trasladarse al infierno inmediatamente».

Algunas personas se separaron de la multitud y se fueron llenas de tristeza al infierno.

Lo mismo se hizo con el segundo mandamiento, con el tercero, el cuarto, el quinto... Para entonces, la población del cielo había decrecido considerablemente. Tras ser leído el sexto mandamiento, todo el mundo se fue al infierno, a excepción de un solo individuo gordo, viejo y calvo. Le miró Dios y dijo a Gabriel:

— «¿Es ésta la única persona que ha quedado en el cielo?».

— «Sí», respondió Gabriel.

— «¡Vaya!», dijo Dios, «se ha quedado bastante solo, ¿no es verdad? Anda y di a todos que vuelvan».

Cuando el gordo, viejo y calvo individuo oyó que todos iban a ser perdonados, se indignó y gritó a Dios:

— «¡Eso es injusto! ¿Por qué no me lo dijiste antes?».

lunes, 23 de mayo de 2016

TRES PEQUEÑOS ÁRBOLES.


Erase una vez en la cumbre de una montaña, tres pequeños árboles juntos soñando sobre lo que querían llegar a ser cuando fueran grandes. El primer arbolito miró hacia las estrellas y dijo, "Yo quiero guardar tesoros. Quiero estar repleto de oro y ser llenado de piedras preciosas. Yo seré el baúl de tesoros más hermoso del mundo!" . El segundo arbolito miró un pequeño arroyo realizando su camino al océano y dijo, "Yo quiero viajar a través de aguas temibles y llevar reyes poderosos sobre mí.

Yo seré el barco más imponente del mundo!". El tercer arbolito miró hacia el valle que estaba abajo de la montaña y vio hombres y mujeres trabajando en un pueblo, y dijo "Yo no quiero irme de la cima de la montaña nunca.

Yo quiero crecer tan alto que cuando la gente del pueblo se pare a mirarme,ellos levantarán su mirada al cielo y pensarán en Dios. Yo seré el árbol mas alto del mundo!".

Los años pasaron. Llovió, brilló el sol y los pequeños árboles crecieron alto. Un día, tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña. El primer leñador miró al primer árbol y dijo, "Qué árbol tan hermoso es éste!", y con la arremetida de su hacha brillante el primer árbol cayó. "Ahora me deberán convertir en un baúl hermoso, deberé contener tesoros maravillosos!", dijo el primer árbol.

El segundo leñador miró al segundo árbol y dijo, "Este árbol es muy fuerte, es perfecto para mí". Y con la arremetida de su hacha brillante, el segundo árbol cayó. "Ahora deberé navegar aguas temibles!", pensó el segundo árbol "Deberé ser un barco imponente para reyes temidos y poderosos" .

El tercer árbol sintió su corazón sufrir cuando el último leñador lo miró. El árbol se paró derecho y alto y apuntando ferozmente al cielo. Pero el leñador ni siquiera miró hacia arriba y dijo, "Cualquier árbol es bueno para mí". Y con la arremetida de su hacha brillante el tercer árbol cayó.

El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó a una carpintería. Pero el carpintero lo convirtió en una caja de alimento para animales de granja. Aquél árbol hermoso no fue cubierto con oro, ni llenado de tesoros, sino que fue cubierto con polvo de cortadora y llenado con alimento para animales de granja hambrientos.

El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevó cerca de un embarcadero, pero ningún barco imponente fue construido ese día. En lugar de eso aquel árbol fuerte fue cortado y convertido a un simple bote de pesca, era demasiado chico y débil para navegar en el océano, ni siquiera en un río, y fue llevado a un pequeño lago.

El tercer árbol estaba confundido cuando el leñador lo cortó para hacer tablas fuertes y lo abandonó en un almacén de madera. "Que estará pasando", fue lo que se preguntó el árbol, "Yo todo lo que quería era quedarme en la cumbre de la montaña y apuntar a Dios. . . "

Muchísimos días y noches pasaron. A los tres árboles ya casi se les habían olvidado sus sueños. Pero una noche, una luz de estrella dorada alumbró al primer árbol cuando una joven mujer puso a su hijo recién nacido en la caja de alimento. -"Yo quisiera haberle podido hacer una cuna al bebé", le dijo su esposo a la mujer, la madre sonrío mientras la luz de la estrella alumbraba a la madera suave y fuerte de la cuna. Y la mujer dijo, -"Este pesebre es hermoso". Y de repente, el primer árbol supo que contenía el tesoro más grande del mundo.

Una tarde, un viajero cansado y sus amigos se subieron al viejo bote de pesca. El viajero se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente hacia adentro del lago. De repente, una impresionante y aterradora tormenta llegó al lago, el pequeño árbol se llenó de temor, él sabía que no tenía la fuerza para llevar a todos esos pasajeros a la orilla a salvo con ese viento y lluvia. El hombre cansado se levantó, se paró, y alzando su mano dijo: -"Calma". La tormenta se detuvo tan rápido como comenzó. Y de repente el segundo árbol supo que él llevaba navegando al Rey del Cielo y de la Tierra.

Un viernes en la mañana el tercer árbol se extraño cuando sus tablas fueron tomadas de aquel almacén de madera olvidado. Se asustó al ser llevado a través de una impresionante multitud de personas enojdas. Se llenó de temor cuando unos soldados clavaron las manos de un hombre en su madera. Se sintió feo, áspero y cruel. Pero un domingo por la mañana, cuando el sol brilló y la tierra tembló con júbilo debajo de su madera, el tercer árbol supo que EL AMOR DE DIOS HABIA CAMBIADO TODO. Esto hizo que el árbol se sintiera fuerte, y cada vez que la gente pensara en el tercer árbol, ellos pensarían en Dios. Eso era mucho mejor que ser el árbol más alto del mundo.

domingo, 22 de mayo de 2016

CUENTO DE FACUNDO CABRAL

Dios tomó forma de mendigo y bajó al pueblo, buscó la casa del zapatero y le dijo: Hermano, soy muy pobre, no tengo una sola moneda en la bolsa y éstas son mis únicas sandalias, están rotas, si tu me haces el favor. El zapatero le dijo, estoy cansado de que todos vengan a pedir y nadie a dar. El Señor le dijo, yo puedo darte lo que tú necesitas. El zapatero desconfiado viendo un mendigo le preguntó. ¿Tú podrías darme el millón de dólares que necesito para ser feliz? El Señor le dijo: yo puedo darte diez veces más que eso, pero a cambio de algo. El zapatero preguntó ¿ a cambió de qué? A cambio de tus piernas. El zapatero respondió para qué quiero diez millones de dólares si no puedo caminar. Entonces el Señor le dijo, bueno, puedo darte cien millones de dólares a cambio de tus brazos. El zapatero respondió ¿para qué quiero yo cien millones de dólares si ni siquiera puedo comer solo? Entonces el Señor le dijo, bueno, puedo darte mil millones de dólares a cambio de tus ojos. El zapatero pensó poco ¿para qué quiero mil millones de dólares si no voy a poder ver a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos? Entonces el Señor le dijo: ¡ Ah, hermano! Qué fortuna tienes y no te das cuenta.

sábado, 21 de mayo de 2016

LA AYUDA DE DIOS EN EL DESIERTO.


ANTHONY DE MELLO.

Un hombre se perdió en el desierto. Y más tarde, refiriendo su experiencia a sus amigos, les contó cómo, absolutamente desesperado, se había puesto de rodillas y había implorado la ayuda de Dios.

"¿Y respondió Dios tu plegaria?", le preguntaron.

"¡ Oh, no! Antes de que pudiera hacerlo, apareció un explorador y me indicó el camino"

viernes, 20 de mayo de 2016

ATA A TU CAMELLO.


ANTHONY DE MELLO.

Un discípulo llegó a lomos de su camello ante la tienda de su maestro sufí. Desmontó, entró en la tienda, hizo una profunda reverencia y dijo "tengo tan gran confianza en Dios que he dejado suelto a mi camello ahí afuera, porque estoy convencido de que Dios protege los intereses de los que le aman".

"Pues sal fuera y ata tu camello estúpido!" le dijo el maestro. "Dios no puede ocuparse de hacer en tu lugar lo que eres perfectamente capaz de hacer por ti mismo."

jueves, 19 de mayo de 2016

SOY UNA FALSA MONEDA.


ANTHONY DE MELLO.

Había un viejo sufi que se ganaba la vida vendiendo toda clase de baratijas. Parecía como si aquel hombre no tuviera entendimiento, porque la gente la pegaba muchas veces con monedas falsas que él aceptaba sin ninguna protesta, y otras veces afirmaban haberle pagado, cuando en realidad no lo habían hecho, y él aceptaba su palabra.

Cuando le llegó la hora de morir, alzó sus ojos al cielo y dijo: "¡Oh, Alá! He aceptado de la gente muchas moneda falsas, pero ni una vez he juzgado a ninguna de esas personas en mi corazón, sino que daba por supuesto que no sabían lo que hacían. Yo también soy una falsa moneda. No me juzgues, por favor."

Y se oyó una voz que decía: "¿Cómo es posible juzgar a alguien que no ha juzgado a los demás?"

Muchos pueden actuar amorosamente.

Pero es rara la persona que piensa amorosamente

miércoles, 18 de mayo de 2016

SOBRE REZOS Y REZADORES.


ANTHONY DE MELLO.
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La_abuela -"¿Ya rezas tus oraciones cada noche?"

El_nieto - "¡Por supuesto!"

-"Y por las mañanas?"

-"No. -Durante el día no tengo miedo"